Tecnoadicciones

Su consumo provoca la liberación de dopamina, y si el cerebro se acostumbra a tener altas cantidades de esta, cada vez pide más. ¿Pero cuándo se tiene realmente un problema?

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Según la plataforma “Darle una vuelta” algunos de los síntomas que pueden ayudar a detectar esta dependencia son: dejar de lado ocupaciones o no ser capaces de parar de verlo.

 

Internet ha facilitado el acceso a estos contenidos. Tan solo con un clic, se pueden visualizar infinidad de vídeos sexuales, lo que provoca que cada vez sea menor la edad de iniciación en el consumo de pornografía. Hoy hablamos con Isabel Morales, médico experta en adicciones.

"El móvil se ha convertido en una herramienta esencial, en una extensión de nosotros mismos, a través de la cual las personas socializan, comparten sus inquietudes, sus gustos y se sienten conectados con sus iguales".

 

María José Álvarez (Periodista)

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Tecnología y humanos han pasado a ser uno, los móviles y cualquier otro aparato digital forman parte de nuestro día a día. Pero entonces, ¿cómo podemos saber si abusamos de su uso?

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Hoy venimos a hablar de la dependencia extrema al teléfono móvil. Para ello, nos acompaña la psicóloga Beatriz Porras.

No es que las redes sociales provoquen sentimientos de felicidad o tristeza, sino más bien que usan las tecnologías para tratar de llenar ese vacío. Escribía Enrique Echeburúa en El País: “El abuso de las redes sociales provoca alejamiento de la vida real induce ansiedad, afecta a la autoestima y hace perder la capacidad de autocontrol”. 

Twitter, Facebook o Instagram están bien y no tienen nada de malo, el problema, como con todo, se produce cuando abusamos de ellas, cuando nos controlan y cuando son lo primero y lo último que hacemos en nuestro día a día. Nuestra invitada de hoy es la influencer Inma Carrasco, @icehache en Instagram, y no solo viene a hablarnos de cómo ella gestiona sus redes sociales, sino también de cómo educa a sus hijos en el uso de la tecnología.

La adicción a los juegos de azar ya es difícil de superar de por sí, y ahora con Internet, lo es todavía más. Al igual que con la pornografía, con un simple clic puedes acceder a casinos virtuales y comenzar a apostar vía online.

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Puede que nunca te hayas parado a pensarlo, pero las ventanas emergentes que anuncian bingos o partidas de póquer online saltan sin que lo esperes. Lo más probable es que tú las cierres, pero piensa en lo fácil que es para un jugador compulsivo recaer. Alejandro Torre, un chico joven exadicto al juego, nos cuenta su historia y opina sobre el juego y las apuestas online.

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Nos permiten desconectar del mundo real y ser quienes queremos ser. Quizá a eso se debe su facilidad para crear adicción. Pero, si un niño prefiere pasar su tiempo libre en juegos virtuales, ¿es un adicto? 

Los tiempos han cambiado y las formas de ocio también, y si tu hijo, tu hermano o primo prefiere jugar a la consola en lugar de sentarse a dibujar, no hay que alarmarse, pues no tiene por qué estar desarrollando una dependencia. O al menos es lo que afirma el psicólogo Andrew Przybylski, quien sostiene que la idea de que los videojuegos desarrollen adicción es un disparate. Hablamos con Carlos Lobato, un chico que ha conseguido superar su adicción a los videojuegos.

Estas tecnodependencias a las redes sociales o el móvil crean nuevas patologías: el Síndrome FOMO (Fear of missing out)​ o la nomofobia (No- mobile-phone phobia).

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La primera corresponde a la angustia que algunos usuarios de las redes sociales presentan por temor a no enterarse de informaciones o eventos, en definitiva, miedo a la exclusión social.

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La segunda, es entendida como la dependencia al teléfono móvil llevada al extremo. La inseguridad personal o la idea de perfeccionismo son algunas de las causas de esta enfermedad, según cuenta el psicólogo Antonio de Dios.